11.2.08

S01E24 – _N / E_ / V_S_ _A_ _O / _ _ / L_S / NI_ _S: Part 1


Y para finiquitar la primera temporada, aquí va una entrada que lleva una especie de ahorcado por título.
Si sois avispados igual lo solucionais.
Si temeis morir ahorcados, mejor os esperais a la segunda temporada, que tal y como estoy ahora mismo, sin oficio ni beneficio, no creo que tarde mucho en empezar.

Vamos…tomad asiento, que esto empieza ya!!!

Muchos de mis conocidos me preguntan como lo hago para mantener el cuepazo serrano que gasto.
La verdad es que mi dieta a base de tigretones, donuts, pasta, carne y coca-cola no es lo más recomendable y debería lucir más barriga que la que lució, por ejemplo, Montserrat Cavallé cuando estaba embarazada*, pero no es así. Bajo mis vestiduras moderniquis, escondo un tipito la mar de aseado. Con una ligera tripita que causa estragos entre las féminas…y que podría suplir tranquilamente por una tableta de chocolate en mis abdominales, pero creo que mi barriguita es la mar de sexy. Me la quedo.


*Las mujeres obesas, cuando están
embarazadas engordan más y más,
o el feto se oculta entre la chicha
de la futura madre, manteniendo
su curvilinea silueta inicial
durante todo el embarazo?


Cual es mi secreto para no estar como Manuel Uribe? Pues muy sencillo: hago deporte. Y no Tomás, el 5 contra 1 no vale como deporte.

Mi elección fue el fútbol. Desde chiquitin lo practico de forma regular: 3 entrenos a la semana y partido el domingo.

Y todo este rollo para que? Pues para contaros una anécdota que me sucedió el otro día en un entreno y como debo partir el post en dos, para dejaros con un cliffhanger de la muerte, necesitaba una introducción larga! ;)

Jueves. 21 horas. Barcelona.
Como casi cada día llegaba tarde al entreno. Subí con mi moto a una velocidad absolutamente multable, aparqué a la puerta del recinto deportivo y perdí todo el tiempo que había ganado en la moto con un andar cansino por los pasillos de las instalaciones.

Andaba cabizbajo con mi iPod (que en realidad es un iPhone, pero no quiero decirlo, porqué sembraría la envídia entre mis lectores y podría parecer una sobrada por mi parte) escuchando un aleatorio. Sonaba el G5 (huele raro!! Gran Vico!!!) y mientras Kiko, Muchachito, Los Delinqüentes y Tomasito hacían de las suyas, yo me dirigía al vestuario para cambiarme.
Casi siempre nos cambiamos en el mismo vestuario, así que me sé el camino de memoria. Recto 50 metros, derecha unos 10 pasos, giro izquierda, bajo escaleras, giro derecha y el primer vestuario a mano derecha, pa dentro.

Dicho y hecho. El ritual siempre es el mismo. Igual que mi sitio de cambiarme. La esquina de la derecha, desde dónde controlo todo, desde quien entra por la puerta hasta las duchas.

Pero ese jueves algo raro pasaba, ya que tras entrar en el vestuario, levanté la cabeza y descubrí que mi sitio estaba ocupado! Que falta de respeto! Alguien había profanado mi lugar ocupándolo con su mochila, sus bambas y su ropa!!
Me planté en medio del vestuario buscando otro sitio para cambiarme y me dí cuenta que había pocas bolsas por lo muchos que somos en el equipo. Que raro! Me dí la vuelta hacía la otra parte del vestuario, dónde se encuentran las duchas y allí estaban, de pie, inmóviles, mirándome…



3 comentarios:

Perry Mason dijo...

"...Me dí la vuelta hacía la otra parte del vestuario, dónde se encuentran las duchas y allí estaban, de pie, inmóviles, mirándome..."


Un grupo de unas 3 o cuatro chicas desnudas, mirándome con cara de recelo, como pidiendo que alguien les enjabonara esos cuerpos finos y sudorosos que necesitaban de mis manos para relajarse.....

Anónimo dijo...

¿Qué hacías EN EL VESTUARIO DE LOS NIÑOS? ¡Pederasta!

Anónimo dijo...

O en el de LAS NIÑAS...